El dolor lumbar es la principal causa de discapacidad a nivel mundial y tiene un impacto socioeconómico considerable, especialmente en síntomas persistentes, cuya prevalencia y coste están en aumento. Aproximadamente el 15% de la población sufre de dolor lumbar, y el 80% lo padecerán alguna vez en su vida.
Los programas de ejercicio están ampliamente recomendados para tratar la lumbalgia persistente y es una de las pocas intervenciones que han demostrado ser efectivas, de forma moderada, para reducir el dolor y mejorar la función. Como resultado, son múltiples las Guías de Práctica Clínica que recomiendan esta intervención como primera elección ante esta patología (WHO, 2024)(Hayden JA et al 2021 & 2021b).

El ejercicio se prescribe en diferentes tipos (Aeróbico, fortalecimiento, flexibilidad…), dosis (1-3 veces a la semana, 30-60 mins. por sesión…), Intensidades (Baja, moderada o alta) o formatos (grupal/individual, supervisado/no supervisado, en persona/telemático). Sin embargo, sabemos que el efecto de los programas de ejercicio suele ser pequeño-moderado y, en ocasiones, no clínicamente relevante. Esta incertidumbre no queda aquí, sino que se ha observado que su efecto se reduce con el tiempo.
Existe desconocimiento sobre qué individuos podrían beneficiarse más del ejercicio y qué factores influyen en el efecto final.
Identificar estos subgrupos de personas y los posibles modificadores del efecto del tratamiento (niveles de adherencia, estado físico, factores personales, etc.) es un objetivo importante en la investigación.
¿De qué depende que un programa de ejercicios produzca los efectos deseados?
¡Veamos qué dice la evidencia!
El estudio de Hayden J et al 2020 realizó un análisis de ensayos clínicos para evaluar el efecto del tratamiento con ejercicio para reducir el dolor y las limitaciones funcionales en adultos con lumbalgia persistente. Además, decidió analizar las características de las personas con lumbalgia que tienen más probabilidades de beneficiarse de la terapia con ejercicio.

Se incluyeron datos de 3514 participantes de 27 ensayos. La edad media de los participantes fue de 45.7 años y el 55.5% eran mujeres. La duración media del episodio de dolor lumbar al inicio del estudio fue de 14 meses.
El estudio encontró que los programas de ejercicio son más efectivos que ningún tratamiento o la atención habitual para el dolor, las limitaciones funcionales y la recuperación global a corto plazo, siendo estos resultados compatibles con una mejora clínicamente importante. También se observó que el ejercicio es igual de efectivo que otros tratamientos como terapia manual, educación o terapia psicológica.
Con respecto al análisis de características que influyen en estos resultados, el estudio observó que no tener demandas físicas pesadas en el trabajo y el uso de medicación para el dolor son posibles modificadores del efecto del tratamiento con ejercicio. Esto sugiere que las personas con estas características podrían beneficiarse más del ejercicio en comparación con otros tratamientos.
Además, se encontró que un IMC más bajo se asoció consistentemente con mejores resultados de las intervenciones de ejercicio en comparación con la atención habitual o ningún tratamiento en el seguimiento más cercano a los 3 meses.

Por ello, tener en cuenta este tipo de información en nuestros pacientes, nos puede ayudar a guiar el tratamiento y las posibles intervenciones que asociemos.
Pero… ¿Qué pasa con esos pacientes que no hacen su programa?¿Influirá la adherencia?
¡Veamos!
La adherencia al ejercicio terapéutico es clave
Es fundamental hablar de los niveles de adherencia, ya que los estudios nos afirman que estos niveles se asocian a mejor recuperación en dolor y estado funcional del paciente con dolor lumbar.

¡La adherencia es definida como el “grado en que un paciente sigue las instrucciones médicas”. Sin embargo, en el ámbito de la fisioterapia, y especialmente en la rehabilitación musculoesquelética, no existe una definición exacta sobre la adherencia, sino que se basa en parámetros de la medición del ejercicio tales como la frecuencia o registros en autoinformes o diarios de ejercicios.
Según como se haya definido y medido la adherencia en cada estudio, las estimaciones varían, aunque estas suelen rondar el 50% de la dosis prescrita. Es decir, que ante la prescripción de un programa de ejercicios que está previsto realizarse 4 veces por semana, finalmente ¡nuestro paciente solo realizará 2!
Entre los factores asociados a mayores niveles de adherencia, destacan la práctica habitual de ejercicio por parte del paciente, el apoyo social, la motivación y la autoeficacia. Por otro lado, los factores asociados a menor adherencia destacan los inconvenientes, las limitaciones de tiempo, los aspectos ambientales, el perfil de miedo-evitación y la falta de apoyo social.
Para esclarecer el papel real de la adherencia sobre el efecto del ejercicio en dolor lumbar, Jones M et al 2025 evaluaron el papel de estos niveles de compromiso con el efecto en la intensidad de dolor y limitación funcional en pacientes adultos con dolor lumbar crónico inespecífico.

Se analizaron 46 estudios con más de 4200 participantes con media de 45 años, que participaron en programas de ejercicios con Yoga/Qigong, Tai Chi, Mixtos, Fortalecimiento de core, aeróbicos, pilates, fortalecimiento general, control motor, flexibilidad/estiramientos o de McKenzie, entre otros. La media de sesiones rondó las 18 (DE 11.3) con media de 9.5 semanas de duración y dosis total de 16 horas. La adherencia se midió con reportes subjetivos, diarios de ejercicios domiciliarios, asistencia a programas, entre otros.
La adherencia media al ejercicio fue del 74% (DE 21) para la asistencia a las sesiones, del 89% (DE 5) para los registros de ejercicio en casa, del 70% para el podómetro con diario de recuento de pasos y del 60% para los basado en cumplimiento de un objetivo de ejercicio prescrito.
En intensidad de dolor, el efecto general del ejercicio frente al comparador sin ejercicio fue de -9.65 (95% IC –12.78 a –6.52). En cuanto al análisis de subgrupos, la adherencia alta al ejercicio se asoció con una reducción de la intensidad del dolor de -14,32, la adherencia moderada al ejercicio tuvo una asociación poco clara con la reducción de la intensidad del dolor -4,53 y la baja adherencia al ejercicio se asoció con una reducción de la intensidad del dolor de -5,33. Comparando el subgrupo de alta adherencia y baja adherencia, se observó una reducción adicional de -8.99 puntos en dolor.
Con respecto a estado funcional, el ejercicio produjo mejoras frente a sin-ejercicio de -5.51 (95% CI –7.41 to –3.60). Con respecto al análisis de subgrupos, la adherencia alta al ejercicio se asoció con una reducción de las limitaciones funcionales de -8,08. La adherencia moderada al ejercicio tuvo una asociación poco clara con la reducción de las limitaciones funcionales, -2,75, y la adherencia baja al ejercicio se asoció con una reducción de las limitaciones funcionales de -4,43. En comparación con el subgrupo de baja adherencia, la alta adherencia al ejercicio se asoció con una pequeña reducción adicional de las limitaciones funcionales de -3,66 (IC del 95%: -7,41 a 0,09).
Los resultados de esta revisión destacaron cómo mayores niveles de adherencia al ejercicio se asocia con las mayores reducciones en la intensidad del dolor y las limitaciones funcionales, aunque con ciertas limitaciones. Los niveles de adherencia moderada o baja lo hacían de forma mucho más limitada.
¿Cómo mejorar la adherencia en mis pacientes?
La adherencia a la prescripción de ejercicio es probablemente multifactorial y puede de hecho ser un sustituto de otros componentes terapéuticos, como el desarrollo de una relación de confianza paciente-terapeuta, sentirse escuchado y tener un tratamiento adaptado. Parece que cuando los pacientes se sienten escuchados y tienen un tratamiento adaptado a ellos y a su enfermedad, es más probable que experimenten una «aceptación» para completar y practicar sus ejercicios. Es decir, podemos potenciar la adherencia con tan solo unos minutos de escucha y educación.
Además, parece que los métodos actuales de registro de adherencia tienen limitaciones (inexactitud, memoria del paciente, etc), por lo que son necesarios nuevos sistemas que permitan monitorizar esta cifra de desempeño.

Aquí es donde RehBody se convierte en un aliado estratégico para nuestra práctica clínica. Esta innovadora plataforma registra de manera automática todos los ejercicios completados por nuestros pacientes de forma remota. ¿Qué significa esto para ti?
- Monitorización objetiva y en tiempo real de la adherencia al ejercicio, eliminando la dependencia de la memoria del paciente.
- Identificación temprana de problemas de baja adherencia para una intervención proactiva y ajuste del tratamiento.
- Comunicación más efectiva con los pacientes basada en datos concretos, reforzando la motivación.
- Optimización de los planes de tratamiento al comprender la frecuencia de realización de los ejercicios.
- Ahorro de tiempo mediante la automatización del registro, permitiendo enfocarse en otras tareas.
- Diferenciación y modernización de la consulta, mejorando la experiencia del paciente.
Con RehBody, optimiza el seguimiento de la adherencia. Accede a información valiosa para tomar decisiones clínicas más informadas, fortaleciendo la relación con tus pacientes mediante un enfoque personalizado y basado en datos objetivos.
Pablo Rodríguez Sánchez-Laulhé
PhD, MSc, PT & eHealth Researcher