El síndrome de pinzamiento femoroacetabular (FAI) es un trastorno cada vez más relevante en la traumatología moderna. Esta patología se caracteriza por un conflicto mecánico en la articulación de la cadera, donde la cabeza femoral y el acetábulo (la cavidad de la pelvis que recibe la cabeza del fémur) entran en contacto de manera anómala durante el movimiento. Este conflicto se produce por alteraciones morfológicas en la cabeza del fémur o en el borde acetabular, que impiden un deslizamiento suave y adecuado entre ambas estructuras. Con el tiempo, este roce genera un atrapamiento o pinzamiento que provoca dolor y limita la función articular.
La consecuencia más preocupante del FAI es que, si no se diagnostica y trata adecuadamente, puede acelerar el daño articular, afectando tanto el labrum acetabular (un anillo de fibrocartílago que estabiliza la articulación) como el cartílago articular, lo que predispone a la aparición de artrosis de cadera en edades tempranas. Dado que la artrosis es una condición irreversible y debilitante, el diagnóstico y tratamiento oportuno del FAI resulta fundamental para prevenir el deterioro a largo plazo de la articulación.
Este contacto alterado suele producirse como resultado de determinada morfología de la cadera que afecten a la sección femoral (tipo cam) o a la acetabular (pincer).
- La morfología en Cam, giba o en empuñadura de pistola, se caracteriza por la alteración de la cabeza femoral, fisiológicamente esférica. Se produce el aplanamiento o convexidad en la unión del cuello de la cabeza femoral. Es frecuente encontrar aparición de material óseo en la unión de la cabeza con el cuello femoral y el propio reborde acetabular, lo que ocasiona una excesiva tensión sobre el labrum, pudiendo lesionarse.
- La morfología en Pincer se refiere a una anormalidad acetabular con sobrecobertura focal o global de la cabeza femoral por el acetábulo. La actividad repetida sobre esta región lleva a degeneración del labrum y, en ocasiones, formación de osificación del reborde del cartílago. Este hecho profundiza el acetábulo y empeora la sintomatología.
Claves del Diagnóstico y Evaluación del FAI
El grupo de trabajo Warwick Agreement on femoroacetabular impingement syndrome estableció una serie de pautas y bases para definir y manejar el Pinzamiento Femoroacetabular. Os resumimos a continuación los puntos más importantes del trabajo.
1. Síntomas
El síntoma principal del síndrome de pinzamiento femoroacetabular o FAI es el dolor. Este suele estar relacionado con el movimiento o la posición; abarcando una amplia gama de pacientes, desde los que experimentan síntomas durante o después de una actividad vigorosa (p. ej., fútbol), hasta los que tienen dolor con una amplitud de movimiento suprafisiológica (p. ej., danza, gimnasia), pasando por los que presentan síntomas a pesar de llevar un estilo de vida sedentario (sentados durante largos periodos).
Muchos pacientes con síndrome FAI también refieren síntomas mecánicos, como chasquidos, enganches, bloqueos, cesión o rigidez.
2. Diagnóstico y Evaluación de la Cadera
La prueba más conocida, la prueba de pinzamiento FADIR, es sensible (normalmente positivo cuando el síndrome FAI está presente) pero no específica (a menudo positivo cuando el síndrome FAI no es el diagnóstico correcto). Aunque la evidencia es contradictoria, el FAI suele asociarse a limitaciones de la movilidad de la cadera, frecuentemente hacia flexión y rotación interna.
También es frecuente encontrar patrones de movimiento anormales en regiones limítrofes con la cadera y la pelvis. Estos patrones de movimiento, asociados con el síndrome FAI, pueden provocar dolor o disfunción en otras regiones, como la columna vertebral, la pelvis, la cadera posterior o la pared abdominal. Además, los músculos alrededor de la cadera son frecuentemente débiles.
Ante la sospecha un síndrome FAI, es importante examinar la marcha, el control con una sola pierna, la sensibilidad muscular alrededor de la cadera y el ROM de la cadera, incluida la rotación interna en flexión y la distancia FABER (flexión-abducción-rotación externa). Debe realizarse una prueba de pinzamiento, y para que sea positiva debe reproducir el dolor familiar del paciente.
Es esencial examinar la ingle en busca de otras estructuras que puedan producir un dolor similar.
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3. Pruebas de Imagen
El diagnóstico del síndrome de pinzamiento femoroacetabular requiere una evaluación morfológica detallada de la cadera para identificar las morfologías cam o pincer. Sin embargo, la presencia de estas morfologías sin síntomas y signos clínicos adecuados no constituye un diagnóstico de FAI. Una proporción considerable de la población general puede tener estas morfologías sin desarrollar el síndrome.
El diagnóstico inicial suele realizarse mediante radiografías simples, que permiten evaluar la pelvis y las caderas, y descartar otras condiciones dolorosas como fracturas o displasia acetabular. Sin embargo, debido a la dificultad para interpretar formas tridimensionales con radiografías bidimensionales, la sensibilidad para identificar la morfología típica del FAI es limitada. Por esta razón, la caracterización morfológica se realiza mejor a través de imágenes seccionales como la tomografía computarizada (CT) o la resonancia magnética (MRI), especialmente si se considera la cirugía. Estas técnicas permiten evaluar con mayor precisión la morfología del fémur proximal y otras lesiones de tejidos blandos que podrían causar dolor en la cadera o la ingle.
A pesar de que existen medidas radiográficas específicas para evaluar estas morfologías, no se han podido establecer valores diagnósticos precisos debido a la complejidad de la interacción entre el acetábulo y el cuello femoral durante el movimiento.
4. Tratamiento del Síndrome de Pinzamiento Femoroacetabular
Las estrategias de tratamiento para el síndrome de pinzamiento femoroacetabular (FAI) incluyen cuidados conservadores, rehabilitación y cirugía. El panel de expertos acordó que cada una de estas opciones puede ser útil para diferentes pacientes, pero hay poca evidencia que compare su efectividad.
No existe evidencia de alto nivel que respalde la elección de un tratamiento definitivo para el síndrome de FAI, por lo que es recomendable que el proceso de selección del tratamiento se realice de manera compartida entre el médico y el paciente, permitiendo que el paciente tome una decisión informada basada en sus preferencias.
- El tratamiento conservador para el FAI no está bien descrito, pero podría incluir la educación del paciente, modificaciones en la actividad y el estilo de vida, analgésicos orales, inyecciones de esteroides intraarticulares y observación cuidadosa.
- La fisioterapia busca reducir los síntomas mejorando la estabilidad de la cadera, el control neuromuscular y los patrones de movimiento mediante programas de ejercicio. Sin embargo, los detalles de los programas de rehabilitación no están bien definidos y varían entre fisioterapeutas.
- La cirugía, por otro lado, busca corregir la morfología de la cadera para evitar el impingement, pudiendo incluir el remodelado de la morfología cam, ajustes en la torsión femoral o el ángulo del cuello, y la reparación del labrum o cartílago articular. Aunque la cirugía artroscópica es preferible para una recuperación rápida, algunos procedimientos requieren cirugía abierta, y el valor de los protocolos de fisioterapia postoperatoria aún no está bien establecido.
Griffin DR, Dickenson EJ, O’Donnell J, Agricola R, Awan T, Beck M, et al. The Warwick Agreement on femoroacetabular impingement syndrome (FAI syndrome): An international consensus statement. Br J Sports Med. 2016;50(19):1169–76.
5. Cuestionarios para evaluar el Síndrome
Los cuestionarios iHOT-12, iHOT 33, HAGOS y HOS son válidos para evaluar jóvenes adultos con dolor de cadera. Específicamente para el síndrome de pinzamiento femoroacetabular, se recomiendan los cuestionarios iHOT y HAGOS.
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ESTUDIO UK FASHIoN en Síndrome Pinzamiento Femoroacetabular. ¿Por qué es importante?
Este trabajo publicado en 2018 en la prestigiosa revista The Lancet, evaluó el impacto en pacientes con Síndrome de Pinzamiento Femoroacetabular de dos intervenciones diferenciadas: tratamiento quirúrgico mediante artroscopia (corrección de los relieves y alteraciones del labrum, cartílago acetabular y tejido óseo), frente al conservador (evaluación por un fisioterapeuta, educación y programa de ejercicios adaptados, con dosificación y supervisión).
A su vez, el grupo del tratamiento quirúrgico recibió un tratamiento de fisioterapia habitual de la unidad, una vez dado el alta hospitalaria.
Incluyeron a un total de 348 participantes (171 grupo cirugía, 177 grupo tratamiento personalizado conservador), entre los que 263 presentaron un atrapamiento tipo Cam, 59 morfología mixta y 27 tipo pincer.
Ambos grupos mejoraron según el cuestionario iHOT-33, indicando una mejora significativa de la calidad de vida, favoreciendo al grupo cirugía artroscópica a los 12 meses con 39.2 puntos de media frente a 49,7 puntos en el grupo que recibió el abordaje conservador personalizado. No se observaron diferencias intergrupos en variables secundarias, y si se observaron mayor número de eventos adversos graves en el grupo de la cirugía.
A su vez, el tratamiento con terapia conservadora fue más costo-efectivo que la cirugía, suponiendo los costes de la cirugía 3042 libras de media frente a 155 del grupo conservador.
Los autores afirmaron que el tratamiento quirúrgico con artroscopia aportaba mejores resultados comparado con el abordaje convencional.
Sin embargo, esta conclusión puede estar sesgada y no debe tomarse a la ligera.
¿Por qué debemos ser críticos con este estudio?
Aunque a primera vista pueda parecer que el tratamiento quirúrgico debería ser el principal tratamiento en estos pacientes, un interesante comentario a modo crítica publicado por Joanne Kemp (2019) en la Journal of Physiotherapy de las conclusiones de este estudio, esclareció por qué no deberían darse estos mensajes tan contundentes. En concreto:
- La diferencia entre grupos en la escala iHOT-33 no supera la Diferencia Mínima Clínicamente Relevante de 10 puntos, por lo que no podemos saber si la diferencia es clínicamente importante.
- No se controló en ningún momento el impacto el abordaje post-quirúrgico de fisioterapia. Es importante destacar que parte del éxito de la cirugía se debe a la fisioterapia postcirugía. Ignorar este hecho es muy importante, ya que, sin rehabilitación post-cirugía, no se habrían alcanzado estas mejoras.
- Ambos grupos mejoraron de manera significativa, lo que indica que los pacientes pueden mejorar con las dos intervenciones.
- El mayor riesgo de aparición de eventos adversos y los altos costes asociados a la cirugía evita conclusiones tan contundentes.
Todo esto hace ver que la conclusión principal de los autores debería cambiar. Este análisis crítico sugiere que la fisioterapia debe ser el tratamiento de primera elección antes de realizar cualquier cirugía artroscópica en pacientes con síndrome de atrapamiento femoroacetabular.
Ejercicios del estudio FASHIoN UK aplicados en RehBody
En base al trabajo mencionado de FASHIoN UK, os aportamos una serie de ejercicios para poder aplicar en pacientes con síndrome de choque femoroacetabular.
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RehBody en el abordaje del Síndrome por Pinzamiento Femoroacetabular
El Síndrome por Pinzamiento Femoroacetabular (FAI) puede afectar gravemente la movilidad y causar dolor intenso en la cadera, limitando la capacidad de las personas para llevar a cabo sus actividades diarias. Tal y como hemos visto, la rehabilitación es una pieza clave en el tratamiento de este síndrome, ayudando a mejorar la función articular y a prevenir el deterioro a largo plazo. .
RehBody permite a los fisioterapeutas crear programas de rehabilitación altamente personalizados para pacientes con FAI, con ejercicios diseñados específicamente para aliviar la presión sobre la articulación de la cadera y restaurar la movilidad. Los pacientes pueden realizar estos ejercicios desde la comodidad de su hogar, reduciendo las barreras de tiempo y desplazamiento, y facilitando una mayor adherencia al tratamiento.
Uno de los mayores beneficios de RehBody es su capacidad de monitorización en tiempo real la ejecución de los ejercicios. Los fisioterapeutas pueden hacer un seguimiento del progreso de cada paciente, ajustando los ejercicios de acuerdo con su evolución. Esto asegura que el tratamiento se mantenga siempre alineado con las necesidades específicas del paciente, mejorando los resultados y acelerando la recuperación sin necesidad de visitas presenciales constantes.
RehBody no solo optimiza el tiempo de los profesionales de la salud, sino que también garantiza que cada paciente reciba una atención continua y adaptada a su situación. Al integrar esta solución en tu práctica, puedes ofrecer a los pacientes con FAI una rehabilitación efectiva y accesible que maximice su recuperación y mejore su calidad de vida.
Pablo Rodríguez Sánchez-Laulhé
PhD Candidate | PT & eHealth Researcher
Referencias
- Griffin DR, Dickenson EJ, O’Donnell J, Agricola R, Awan T, Beck M, et al. The Warwick Agreement on femoroacetabular impingement syndrome (FAI syndrome): An international consensus statement. Br J Sports Med. 2016;50(19):1169–76.
- Griffin DR, Dickenson EJ, Wall PDH, Achana F, Donovan JL, Griffin J, et al. Hip arthroscopy versus best conservative care for the treatment of femoroacetabular impingement syndrome (UK FASHIoN): a multicentre randomised controlled trial. Lancet. 2018;391(10136):2225–35.
- Kemp JL. Critically appraised paper: Hip arthroscopy is more effective than personalised hip therapy for improving hip-related quality of life in patients with femoroacetabular impingement syndrome [commentary]. J Physiother [Internet]. 2019;65(1):51. Available from: http://dx.doi.org/10.1016/j.jphys.2018.08.010